sábado, 27 de abril de 2013



Visita a Martín de Riquer

         Aprovechando que pasé el fin de año en Barcelona con mi hijo Alberto José Sánchez Gracia, el 3 enero de 2013, me acompañó a visitar en su domicilio al profesor y eminente escritor e investigador don Martín de Riquer Morera. A pesar de su edad, que se acerca al centenario, lo encontré relativamente bien y muy lúcido y cordial. Es uno de los máximos especialistas en el Quijote de Cervantes y en el de Avellaneda, y tiene publicados un buen número de libros y muchos ensayos y artículos sobre este tema. Es el principal impulsor de la hipótesis de que el soldado aragonés Jerónimo de Pasamonte –el galeote Ginés de Pasamonte del Quijote– es Avellaneda, aunque con cautela y sin aseverarlo rotundamente. Un servidor discrepa de esta atribución y expongo mis razones en el libro “Cervantes y Liñán de Riaza. El autor del otro Quijote atribuido a Avellaneda”, libro publicado en diciembre de 2011 y que tuve el honor de dedicárselo. Mi hijo Alberto José, autor de la portada, nos hizo unas fotos y, con permiso de don Martín incluyo aquí dos de ellas. Dos días antes, también en Barcelona, había estado con Enrique Suárez Figaredo, autor de “CERVANTES, FIGUEROA Y EL CRIMEN DE AVELLANEDA” (2004), de la “Introducción y Notas” a la edición de “dQA – EL QUIJOTE APÓCRIFO” de Avellaneda en 2008, y de numerosos artículos publicados en Revistas Electrónicas, y le envié esta fotos y otras, que motivaron la siguiente carta:






SE PRESENTA UN QUIJOTISTA Y AVELLANEDISTA

            Don Martín: Mi nombre es Enrique Suárez Figaredo, 62 años, ingeniero prejubilado, de Barcelona. Compartimos un amigo: Antonio Sánchez Portero, maño y muy maño de Calatayud, quien ha estado recientemente en Barcelona, me ha visitado a mí y le ha visitado a Vd., y ha habido fotos del encuentro.  Del correo en que le envió esas fotos (me envió copia) he  extraído su e-mail, lo que me permite dirigirme a Vd. para expresarle mi sincera admiración, algo que siempre he deseado hacer. Quizá sepa Vd. que soy quijotista y... avellanedista (por malos de mis pecados, Vd. ya me entiende); pero esa perversa afición es en mí muy reciente. Mi admiración por Vd. viene de muchos años atrás, cuando leía sus interesantes artículos en HISTORIA Y VIDA: siempre pensé que combinaban erudición y amenidad. Más tarde, cuando le leí más, me admiró la capacidad de decir mucho con pocas palabras y con gusto del lector, como si todo lo tuviera pensado antes de poner la pluma sobre el papel. En fin, no le entretengo más: lo bueno, si breve… Si en algo puedo  servirle de ayuda, aquí me tiene; dispongo de tiempo y de voluntad.
            Como decía José Luis López Vázquez (doblando el espinazo hasta las rodillas) al abrirle la puerta del banco a la curvilínea Katia Loritz en aquella película Atraco a la tres: "un admirador, un  amigo, un esclavo, un siervo".
            Enrique Suárez Figaredo


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